Psicofármacos en Geriatría (Tercera Edición)

Psicofármacos en Geriatría (Tercera Edición)

Presentamos la tercera edición, ampliada y actualizada de Psicofármacos en Geriatría.

Está dirigida al personal médico encargado de administrar la medicación a la población de personas mayores, a quienes desean indagar en las posibilidades que la psicofarmacoterapia ofrece a los pacientes y a quienes se interesen en las características de la clínica psicopatológica en este grupo etario.

El envejecimiento poblacional hace que cada vez más pacientes gerentes se acerquen a la consulta, y que sean cada vez más añosos. Eso nos conduce al interés en las particularidades de la clínica y la farmacoterapia en detalle. La expresión clínica tiene diferencias con respecto a la clínica en la población de adultos jóvenes, así como la indicación farmacológica.

La actualización de este material sobre la aparición de fármacos nuevos y de estudios nuevos con fármacos de uso habitual en la consulta lo convierten en un instrumento de interés para quienes recetan diferentes psicofármacos en su práctica habitual. La información tiene el respaldo de la bibliografía actualizada sobre las dosificaciones más usuales en la clínica, los efectos secundarios y las interacciones farmacológicas.

A lo largo de siete capítulos, el público lector podrá aproximarse a los últimos avances en la prescripción de fármacos en psicogeriatría, trastornos del ánimo, trastornos por ansiedad y del sueño, las psicosis en la vejez y el deterioro cognitivo.

PREFACIO

La vejez es una etapa en la que se producen cambios psíquicos, físicos, familiares y sociales, una etapa de duelos frecuentes, roles nuevos, que obedecen a múltiples factores inherentes a cada sujeto envejeciente: su historia, su personalidad, su entorno.

El envejecimiento poblacional aumenta exponencialmente en todos los países del mundo, y la prolongación de la vida produjo un aumento de la incidencia de las enfermedades somáticas y psiquiátricas. La salud es más frágil y los cuadros psicopatológicos adquieren características más heterogéneas y más tendencia a la cronificación.

La psicopatología puede ser resultado de trastornos preexistentes que han tenido continuidad o recurrencia a lo largo de la vida, o pueden desencadenarse nuevos cuadros tardíamente.

Luego de los dos años de pandemia, vemos que tanto los cuadros tardíos como los preexistentes se ven incrementados, por factores biológicos como el aumento de la inflamación generado por la enfermedad y el aislamiento, como por factores psíquicos asociados al temor y a la falta de contacto social que generaron la resignificación de duelos y situaciones traumáticas. 

Dentro del campo de la Psicogeriatría, nos ocupan las características clínicas y los recursos terapéuticos de los trastornos en esta población.

Los cambios farmacodinámicos y farmacocinéticos que se dan con los años y la polifarmacia habitual, generan la necesidad de conocimientos acerca de las especificidades de la utilización de psicofármacos en esta etapa.

El verdadero desafío es el incremento de la calidad de vida. Ello se podrá lograr con los recursos científicos que tienden a disminuir la incidencia de enfermedades invalidantes, y a través de los recursos humanos y económicos que permitan que la población de mayor edad pueda transitar por una etapa de acreditación y transmisión de las experiencias vividas.

Los psicofármacos forman parte de los recursos con los que contamos para lograr los objetivos planteados, junto otros recursos como la psicoterapia, la estimulación de las capacidades y las potencialidades, y el trabajo con las familias y con el entorno social de cada paciente.

Consideramos a los Psicofármacos como una herramienta importante, y es así que nos proponemos actualizar esta edición de Psicofármacos en Geriatría, dado que han aparecido nuevos conocimientos que nos aportan formas de pensar la clínica y la neurobiología, así como otros fármacos.       

Como decíamos ya en las ediciones anteriores, Psicofármacos en Geriatría aborda la interrelación entre la psicopatología geriátrica y la administración de psicofármacos con sus especificidades. Medicar un paciente geronte implica siempre tener en cuenta la mayor vulnerabilidad de los efectos adversos, la comorbilidad con enfermedades sistémicas, las interacciones medicamentosas y la polimedicación.

La indicación de un psicofármaco es un acto médico que necesita considerarse en un contexto científico, y en “el uno a uno” de nuestros pacientes para intentar acompañarlos en un mejor vivir.

Julio Moizeszowicz – Myriam Monczor